El MDTEO: Nueva dirigencia, conflictos internos y equilibrios políticos
Por Samael HERNÁNDEZ RUÍZ
Los días 19 y 20 de enero (2017), el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (MDTEO), realizó su Pre Congreso Democrático, para renovar a su dirigencia. El día 21de enero, los representantes del Comité Ejecutivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), cumplieron con el ritual de sancionar, legalizándola, a la nueva dirigencia de la Sección 22 del SNTE.
Este ritual de ungir de legalidad a la dirigencia del MDTEO, envía un mensaje al SNTE en el sentido de que Oaxaca sigue siendo independiente y democrática y, además, cumple la función de darle personalidad jurídica a una parte de la dirigencia (la parte estatutaria) y permite, a la parte no estatutaria, invocar al derecho en caso de represión por parte del gobierno; aunque eso, en boca de los dirigentes de la S22, suene extraño. Habrá que reflexionar primero sobre aquello que se pretende comunicar como resultado del Pre Congreso Democrático.
En el marco del ritual referido, se dio la elección del Profr. Eloy López Hernández (Mixteca), actual Secretario General, el de Organización, Genaro Martínez Morales (Valles Centrales) y el de finanzas, José Carlos López Alonso (Istmo), trilogía que nos recuerda la vieja configuración de la dirigencia seccional de la S22 de los años previos al movimiento de 1980, aquella donde el peso de las regiones Mixteca, Valles Centrales e Istmo, era central para conservar el equilibrio político. Con el movimiento democrático, se buscó reestablecer el mismo equilibrio con otra fórmula y bajo otros principios.
En ese orden de ideas, es interesante que las tres principales secretarías de la Sección 22 expresen simbólicamente ese viejo tipo de equilibrio; quizás se deba a que en esta ocasión, los filtros y la vigilancia del MDTEO hizo poca o nula la influencia de los grupos políticos: en este Pre congreso, parecen representarse proporcionalmente las regiones al viejo estilo, y quienes ocupan los cargos son, de eso no queda duda, sus militantes más activos y comprometidos.
Eloy López Hernández nació en 1° de diciembre de 1977 (cuarenta años), egresado de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero; maestro bilingüe de primaria indígena. Tenía tres años cuando comenzó el movimiento magisterial de 1980.
Genaro Martínez Morales nació el 17 de agosto de 1983 (treinta y cuatro años), también maestro bilingüe de primaria indígena.
José Carlos López Alonso, nació el 2 de diciembre de 1986 (treinta y un años), maestro de jardín de niños.
Todos ellos pertenecen a una generación que conoció del proceso de insurgencia magisterial más bien en los libros o fueron sólo testigos de lo que sus maestros hacían hasta la década de los 90s, cuando se incorporan a las filas del movimiento. Son pues, docentes muy ideologizados, que ni como estudiantes, ni como docentes vivieron otra realidad que no fuera la del MDTEO.
Son dirigentes que no podrían comprender con facilidad las particularidades que tuvo en su el MDTEO, sobre todo, porque crecieron con otra versión de lo que fueron las cosas. En efecto, son receptivos a una versión romántica del movimiento, una historia “revolucionaria”, de disciplina bolchevique, de total entrega a las instancias de dirección del movimiento y a lo que en cada caso aquellas resuelvan.
Sería muy difícil que esta u otra dirigencia vea al maestro, al trabajador manual o administrativo, como un ser humano que lo que quieren es ganarse la vida, cuidar de su familia, ver crecer a sus hijos y simplemente pasarla bien hasta el fin de sus días. Nada tiene que ver esta realidad con la imagen del cuadro revolucionario dispuesto a llevar una vida gris, llena de sacrificios o incluso morir en aras de la lucha y la revolución socialista. Quizás por eso la guillotina del principio rector 20 esté hoy afilándose para cortarle simbólicamente el cuello a los desertores y “blandengues”.
Lo anterior no significa que la actual dirigencia no sea capaz de superar el velo ideológico y percatarse de la situación actual de MDTEO, de sus grandes males, de su calidad de movimiento estéril, de su lógica como sistema de conflicto que requiere de la movilización sempiterna (movilización-negociación-movilización) para sobrevivir, como si el resto de los sindicatos hiciera lo mismo o los movimientos campesinos, o las mujeres, o los ciudadanos contra la violencia, o la protesta contra el gasolinazo o tantos otros sectores de la población que desean cambiar su situación y que conforman un largo etcétera.
Por lo pronto, el MDTEO parece mandar un mensaje cuando seleccionó a dos docentes indígenas en los tres principales cargos sindicales. Lo anterior no es un misterio indescifrable, el nivel de educación indígena, desde los inicios del movimiento magisterial en 1980, dio muestra de una combatividad y militancia excepcionales. Los maestros de las escuelas bilingües son el estrato de trabajadores que labora en las peores condiciones, que gana los salarios más bajos, a quienes, incluso, algunos gobernadores excluyen de pruebas como la de ENLACE, en un acto que raya en el racismo por su nivel de desprecio y discriminación hacia los pueblos originarios y a sus maestros.
Si todos podemos ser víctimas de la embestida neoliberal en educación, en el caso de los maestros y alumnos indígenas, estaríamos hablando de lo equivalente al exterminio. No hay cabida para la diversidad en el mundo neoliberal globalizado. Así pues, la presencia de dos docentes indígenas en los altos cargos del sindicato, podría interpretarse como la disposición del MDTEO a evitar que los líderes timoratos, acomodaticios, oportunistas y corruptos, hagan de las suyas; la pregunta es: ¿Por qué hasta ahora? Pero, vayamos por partes.
El pasado Pre congreso de la S22 fue un éxito parcial para el movimiento magisterial. El MDTEO requiere de un grupo de cerca de trescientos militantes profesionales de tiempo completo para operar la compleja maquinaria de conflicto. La reforma educativa obligó al SNTE a que sus comisionados sindicales no cobraran más sus plazas de la SEP mientras dure su comisión sindical, lo mismo pasa con la S22 y su relación con el nuevo IEEPO. El SNTE al principio, ofreció 55 secretarías a la S22, quien rechazó la oferta y mantuvo la negociación bajo la estrategia de obtener 60 secretarías y resolver bajo estrategias variadas el problema de qué hacer con el resto de la estructura no estatutaria, al final obtuvieron 66. A pesar de ese triunfo, el problema no se resuelve.
En los corrillos del magisterio se dice que, al estilo de Donald Trump, el gobierno del estado pagará al resto de la estructura organizativa del MDTEO, pero aún no lo sabe. ¿O lo sabe ya?
Como quiera que se resuelva el acomodo del resto de la estructura organizativa no estatutaria, la que no puede faltar porque es vital para el movimiento, son las treinta y siete coordinaciones sectoriales. Si esas faltan o no operan bien en la actual coyuntura, el MDTEO estará en serias dificultades.
Por otra parte, en el ambiente hay un creciente descontento popular, además de un horizonte electoral en el 2018 que moviliza a los partidos y a las llamadas organizaciones sociales para vender al gobierno caro sus favores; también se intensifican las campaña de MORENA y la del EZLN y arrecia la propia movilización de la CNTE contra las reformas estructurales, todo eso llevará a la nueva dirigencia y al propio MDTEO a las aguas profundas de la movilización social, pero sobre todo, a la guerra de los grupos al interior.
Los grupos al interior de la Sección 22, constituyen una especie de red nerviosa que vincula al movimiento magisterial con su entorno, son los elementos que acoplan estructuralmente al sistema de protesta/conflicto S22, con su entorno.
Si es cierto que el Profr. Eloy López Hernández “coordina” (como se dice en la jerga magisterial) con la Liga Clasista Democrática Magisterial, entonces, a diferencia de Rubén Núñez Ginez, él sí contará con operadores políticos con experiencia, que tal vez buscarán aliarse con lo que queda de CODEMO y grupos afines, pero que no podrán impedir la conformación de un bloque opositor, porque siendo grupos políticos, todos ellos ven favorable la coyuntura para fortalecerse desde y con el magisterio.
Quienes crean que los resultados del Precongreso garantizan la unidad al interior del MDTEO, están equivocados. Primero hay que tomar en cuenta que el comité ejecutivo del SNTE no parece estar interesado en intervenir en la S22, ni con un “plan de Don Luis” ni con ningún otro, atado como está por la Secretaría de Gobernación, es un espantapájaros tan maltratado que, habiendo perdido el control de sí mismo, sólo quiere sobrevivir. Otra cosa son los grupos al interior del MDTEO que están más vivos y coleando y no creo que un supuesto “plan raid” (Ricardo Rojo dixit. “La fiesta de los planes”. Noticias voz e imagen de Oaxaca, 23 de enero 2017) haga mucho por la unidad cuando es evidente que las bases han disminuido su participación activa y no entienden lo que está sucediendo, lo cual favorece en parte la actividad de los grupos internos y dificulta la de la dirigencia. Por eso el papel de las coordinaciones sectoriales es tan importante, y los grupos, hasta ahora, no las controlan al cien por ciento, como tampoco controlan totalmente a la asamblea estatal. Es decir, todo lo anterior perfila un campo fértil para los grupos, “expresiones” o “esfuerzos”, donde sembrará el más hábil y si el gobierno del estado interviene en esta dinámica interna, correrá un grave riesgo.
La lucha en el MDTEO será cruenta, y la forma de hacer bajar la presión en su interior será radicalizando sus acciones al exterior. Este flujo y reflujo de energía política es lo que puede explicar, por qué ahora el movimiento magisterial afinó sus filtros y exigió mayor pureza ideológica a sus futuros dirigentes; porque con eso se constituye una especie de proceso homeostático, que permite, al incrementarse la presión interna por efecto del entorno político y los intereses de los grupos, que la tensión se “proyecte” hacia fuera en la forma de una radicalización que tiene dos efectos, confirma la continuidad del discurso del MDTEO y reduce la presión interna al hacer más evidentes los intereses que se juegan al interior y así, echar a andar la retórica de la traición para depurarse (Ver: Hernández, https://samaelhernandezruiz.wordpress.com/?s=Ret%C3%B3rica+de+la+traici%C3%B3n). Este es uno de los mecanismos mediante los cuales el MDTEO conserva el equilibrio necesario para su auto-reproducción, aspecto que hay que analizar cuidadosamente si se quiere que el movimiento magisterial sirva a los maestros, al pueblo de Oaxaca y al México, para lograr el cambio que tan urgentemente necesita nuestro país.